Dani de la Orden (Barcelona, 1989) no destacó nunca en nada salvo por su estatura, con la que hizo creer que tenía unas (inexistentes) habilidades para el baloncesto.
Viendo que yendo al cine cada tarde no molestaba a nadie, lo fue compaginando con una corriente y mediocre vida escolar hasta llegar a cursar humanidades y una carrera de cine en la ESCAC.
Fue a partir de su primera relación sentimental cuando se dio cuenta de que todo aquello ...
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